Pobre el marido, pobres los hijos, pobres los yernos, pobres las nueras, pobres los que la rodean. Lo que debe ser vivir con ella.
La noche pasada esta mujer casi perversa, sometió a tortura a los Senadores, y a los que seguíamos la sesión por televisión. Ella sola. Hasta Cobos estaba cansado. Gerardo Morales ya no tenía cara para seguir. Pero ella seguía. No estaba cansada. No tenía ojeras. Siempre con un sonrisa. Fresquita como una lechuga daba y daba con el látigo de su lengua. Debe haber tomado una sustancia para estar tan fresquita. O es un monstruo.
Acordate, esta noche la mujer se ganó un lugar en todos los programas de TN. Estuvo trabajando para la cámara, pero no para la de Senadores, para la de la televisión. Trabajó para Clarín. Ya la vas a ver si no la viste. Las dos voces se van a llenar de elogios hacia ella.
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